80 Años de Rosa Parra de Chacón.

STCP ( La Fría 26-01-14 CPC El Riel / Cdp ) Poder revivir tantos recuerdos  de mis nonos Damas Parra y Neria Sánchez allá en al callejuela 5 de nuestra querida Grita, donde decidieron vivir al salir del Páramo del Rosal a la ciudad, es recordar el esfuerzo, amor y dedicación de los abuelos por formar a una numerosa familia digna, emprendedora, trabajadora a mas no pedir, llena de artistas innatos y creadores, empezando por mi abuelo un Maestro artesano y alarife en la construcción de casa de tapia y Techos de madera y una abuela llena de alegría y amor, dicharachera y amigable que conocía a todo el mundo y que recorría a pie todos los confines de La Grita y de su Paramo El Rosal su mayor tesoro; de ese hogar maravilloso proviene nuestra querida Tía Rosa Parra, que hoy en una sorpresa preparada por sus 11 hijos: Carmen Celina, Erenia, José Ramón, Luis Eduardo, Noris Josefina, Francisco Antonio, Oscar Omar, Guillermo Orlando, Julio Cesar, Jesús Nohel y Francy Elena,  quienes lograron el reencuentro de toda la Parrera, sus hijos, nietos, bisnietos, sus yernas, su  Hermano Carlos Parra, sus sobrinos, Teresa, Ramona, Homero, Francia y muchos que no recuerdo sus nombres,  familias que vinieron de Yaracuy, Mérida, Caracas, y de La Grita en su mayoría para celebrarle sus 80 años de feliz existencia.

                                                   Damas Parra y Neria Sánchez de Parra 

 Hablar de nuestra tía es tener que mencionar el maravilloso hogar formado con su esposo Ramon Eugenio (José) Chacón, en el barrio Fátima, pedacito de tierra donde vieron crecer a su numerosa prole, en la mayor humildad, pero llenos de espíritu y profundo amor, inculcándoles a sus hijos el amor por el trabajo, la dedicación y el esmero por ser dignos ciudadanos de su querida Grita, ese amor que ha perdurado bajo el cobijo de Tía Rosa, hijos que ya con sus propias familias no se separan de ese hogar, de ese vínculo tan especial con ese espacio lleno de amor y bondad se formo esta maravillosa familia, sitio de encuentro permanente de hijos, sobrinos, nietos, hermanos, espacio que ha hecho de esta familia el sitio de la tertulia, del compartir un trago de café , un pedazo de pan, que nunca falta en la gaveta “Palabras de mi tía”, de siempre recibir con los brazos abiertos a la familia y extraños que se acercan a este recinto de amor y bondad.

  

   

Mencionar también el imaginario colectivo de La Grita, quien no conoce a Rosa Parra, la mujer de los excelentes pasa palos andinos, sus ricos pasteles, tequeños y aperitivos para muchas de las fiestas y bautizos del pueblo, de la rica chicha y mazato andino, de las excelentes hallacas y de platos como el mechado y el morcón que han hecho deleitarse y chuparse los dedos a más de uno en sus fiestas y hogares; igualmente su pasión por la música y las artes escénicas, la ha llevado a debutar por varios años en la Obra de Teatro de calle más grande del occidente del país: “El Paso de Bolívar por La Grita”, donde ha desempeñado varios papeles, así como su participación en el cortometraje “María”; espíritu creador que todavía mantiene, ya que se les escapa a sus hijos, agarra sus vestuarios todos los años y aparece en el recorrido de la obra que dio la narración de 1813, en su paso de Bolívar por La Grita y de su permanente aporte y devoción a La Cofradía del Santo Cristo de La Grita, de la que es unos de sus miembros.

 

 

Ese espíritu, lo inculco en su hijos, hoy día en la mayoría músicos, docentes, albañiles, operadores, enfermeros, administradores, en fin retoños que siguen el legado de Rosa Parra en todas sus virtudes, y que han trasmitido integro a su hijos quien siguen este mensaje grabado en sus genes, ya están descollando algunos como compositores, cantantes, ejecutantes y obteniendo méritos en diferentes profesiones, esa es la herencia Chacón Parra, producto de la semilla de este hogar maravilloso.

  

                                                     Los Músicos de la familia hicieron la fiesta.

En este compartir que permitió el reencuentro, de conocernos con las nuevas generaciones, de abrazarnos los viejos y de mencionar hazañas, cuentos y diabluras cometidas por los más viejos, de cantarle a Tía, de dedicarle el día a bailar con ella, echar sus propios cuentos, de componerle canciones e interpretarlas para ella, de tomar imágenes para el recuerdo, de llorar con la emoción ante tantos recuerdos, solo queda felicitar a sus hijos por actividad de reunirnos a todos para brindarle este merecido homenaje a su Madre y nuestra querida Tía Rosa Parra.

 

 

Solo queda pedirle a Dios que nos conceda poder disfrutar de nuestra querida Tía y Madre por muchos años más, para seguir compartiendo con ella sus vivencias.

Homero Parra R. Corresponsal El Riel.