Táchira: Para Desfacer Entuertos en Contraforo
SICCI ( La Fría-Venezuela, 11Abril16, Aporte Critico) La angustia de la gente cada día se hace más patética. La colas son un agobio. La escasez de productos indispensables para la higiene y la alimentación se ha convertido en un verdadero suplicio y una humillación a la hora de “tomarles el tiempo” en el que aparecen en los establecimientos y entonces hay que disponerse a ir en su busca a como dé lugar. Es humillante a todas luces. Nos sentimos solos y en total desamparo. No entendemos de tantos y tan variados planes que se inventan pero que a la hora de las chiquitas no abastecen de verdad. Cierto que nos ha invadido una afán de consumo incomparable. Desaforado. Incomprensible. Nuestros patrones de consumo han cambiado producto de la angustia y la inseguridad, el no saber si mañana contaremos con lo necesario y si habrá mañana.
Todos estamos conscientes del origen de esta crisis. Pero ha llegado la hora de hacernos unas cuantas muy serias preguntas; ¿Dónde esta la ayuda internacional en esta hora menguada? De centroamerica ¿ha venido un guacal de plátanos? ¿Están claros en que los necesitamos?. Las previsiones en materia agrícola no son nada alentadoras. Al parecer, la cadena de escasez de insumos se ha roto y no hay para dónde agarrar, Lo que viene en esos rubros es aterrador. ¿Dónde están los países amigos a quienes el Comandante Chávez auxilió de tan buena manera en su momento? ¿Dónde los beneficiarios de PETROCARIBE que ahora no acuden en nuestra ayuda?. No se trata de declararnos en emergencia porque sería hacerles el juego a nuestros enemigos políticos, sino de esperar la mas elemental solidaridad para atravesar esta coyuntura.
Los planes de agricultura urbana no remedian en lo inmediato nuestra desesperación. Para eso hay que cambiar el patrón de conducta y enseñar desde un nuevo giro. Sembrar no es para todos y cosechar tampoco. Es un asunto cultural y en ese terreno la lucha se hace larga y sus frutos no son inmediatos. ¿Entonces?. Se requiere medidas urgentes que remedien la crisis. No podemos seguir sometidos a las vejaciones de los industriales (los pocos que hay) y de los comerciantes que han encontrado un filón por el cual derrocar a la revolución bolivariana cuanto antes.
Y debo decirlo con arrechera… ¡Nos están ganando!
El llamado es al presidente obrero para que mitigue las reiteraciones discursivas y que se ponga sobre los verdaderos objetivos de un gobierno serio que no son otros que brindar felicidad a las mayorías. Basta ya de diagnósticos. Basta ya de jugar con las esperanzas del pueblo. Se requiere de acciones concretas urgentes, viables. Ya.
DOMINGO MORENO
militante de las causas justas
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